Llevo en este mundo desde muy pequeñaja, mi padre es Proyectista y me gustaba sentarme a su lado y mirar durante horas cómo dibujaba en su mesa de dibujo... que aún conserva. Recuerdo que nos hacía "magia" con aquel papel verde-amarillento de la máquina reproductora de amoníaco. Lo traía tapado para que no se velase (un trocito pequeño), y lo ponía a la luz y mi hermana y yo alucinábamos al ver que se convertía en blanco. Pero alucinábamos más si colocábamos nuestra mano o un objeto sobre el papel, y al quitarla quedaba nuestra mano impresa en verde-amarillento y el resto del papel en blanco, jajaja! Bendita inocencia...
Estudié Delineación (FP II, pues tenía Bachiller y COU), y trabajé a mano en varias oficinas. Aquello sí que era dibujar, no lo de ahora. Allí se veía quien era realmente un delineante, que es muchísimo más que hacer 4 líneas en una pantalla. Esto de ahora lo hace cualquiera. Lo de antes, no. Y no sólo dibujar, sino los conocimientos que se tenían y adquirían. Ahora no se sale demasiado preparado, y lo peor es que muchos (no todos, afortunadamente, en este foro veo gente muy interesada, interesante y con ganas de saber y ampliar conocimientos, lo cual aplaudo) creen que por tener el título se comen el mundo, y... les queda mucho, mucho por aprender. Hablo desde el conocimiento, pues aparte de estudiar Delineación hace casi 20 años (ahora tengo 38), este mismo año terminé el Ciclo Superior de Desarrollo de Proyectos Urbanísticos y Operaciones Topográficas, y he visto lo que hay.
Volviendo a lo de antes... todo el material que utilicé lo conservo, parte de él ya fue de mi padre (él también conserva el suyo), es un material excelente y de calidad. Tendríais qué ver qué pedazo de Rotring, con la puntera de acero. Aunque también los tengo con la puntera de plástico, pero igual de buenos. Los de acero se usaban para el cangrejo (Leroy, el mejor), maravilloso instrumento (nunca me gustaron demasiado las otras plantillas de letras, pero sí las de símbolos, y cuando salió a la luz el cangrejo enseguida dejé a un lado las plantillas de letras). Os pondré unas fotos del material, entre él se encuentran dos estuches de compases de la marca Kern, impresionantes. Claro que también tuve y conservo un compás Staedtler, más "moderno". Escuadras y cartabones de todos los tamaños. Plantillas de todos los tipos. Y el escalímetro, de madera, que sigo utilizando. Maravilloso, no como estos de plástico. El paralés, que aprendí a colocar (mi padre me enseñó a colocarlo de 2 formas: fijo, que sólo se mueve hacia arriba o hacia abajo de la mesa, verticalmente, o móvil, de manera que se puede inclinar y perder el paralelismo con la mesa, muy útil para algunos dibujos, apuesto a que nadie sabía lo de colocar el paralés de esa manera, ¿eh?).
Hice copias y más copias en la maldita máquina de amoníaco (copias en papel y en vegetal, que también existía vegetal amarillo-verdoso). Por aquel entonces, hablo del año 90 aproximadamente, trabajaba en una Oficina de Planeamiento, haciendo Planes Generales principalmente, y se hacían a mano, eran auténticas obras de arte. Con tramas que se cortaban con cutter especial, tramas para delimitar (rayitas, punto y raya...), que se colocaban sobre la zona en cuestión y con una punta de plástico se iba presionado y quedaba adherida al papel, etc., etc. Podría escribir durante horas sobre esos trabajos. Dibujamos a mano todos los alzados de cada calle del Casco Antiguo de Santiago de Compostela, a una escala bastante pequeña, era una preciosidad (Plan Especial de Santiago, esta iniciativa, basada en la planificación urbanística, ha merecido el Premio Europeo de Urbanismo 1997-98 de la Comisión Europea y el Consejo Europeo de Urbanistas, junto con otros reconocimientos nacionales e internacionales). Aquí podéis ver los planos (incluso los alzados) que hacíamos a mano (las fechas aparecen bajo el plano) en aquella época en la Oficina de Planeamiento que os nombré antes:
http://www.coag.es/proxectoterra/IT_mat ... ntiago.htm
Algo que sucedía a menudo era que había que sustituir cajetines de planos vegetales, se colocaba el nuevo cajetín sobre el antiguo, se pegaba con fixo y se cortaban ambos a la vez, de manera que el "viejo" salía y el "nuevo" quedaba perfectamente colocado en lugar del viejo, y la unión ni se notaba (si lo hacías bien, claro). También se podían borrar los cajetines del papel vegetal (no con cuchilla, no), si era papel vegetal de la máquina de amoníaco, le pasabas un algodón impregnado en acetona, y adiós cajetín. Alucinante, ¿eh? Esto se lo cuentas a los delineantes de ahora y flipan, y de esto sólo hace unos 15 años o menos, que no son tantos años. Pero...
Al poco empezó a informatizarse la cosa, lentamente. En el año 93 realicé un curso de Autocad (v.10 y v.11) de 10 meses de duración, y trabajaba en una Ingeniería donde comenzaban a usar dicho programa, aunque se hacía muchísimo trabajo a mano. Recuerdo un 386 con 120 megas de disco duro... que era el mejor ordenador de la oficina, el más potente y más nuevo... Ya teníamos por aquel entonces un plotter de plumillas, un Calcomp, una auténtica maravilla verlo trabajar. Las copias se sacaban en vegetal por el plotter, y se hacían las copias en papel con la reproductora de amoníaco.
Poco a poco el trabajo a mano fue desapareciendo... y el resto ya lo sabéis.
Saludos!